Por: Darío Zegarra, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú

Desde esta semana en la ciudad de Toronto, Canadá, se realizará una nueva edición del PDAC, el mayor evento minero a nivel mundial, que contará con una importante delegación peruana, conformada por representantes del sector público y privado, vinculados al sector.

El PDAC es una suerte de termómetro que permite medir el desempeño de la industria minera a nivel mundial, y a su vez realizar una evaluación comparativa entre todas las jurisdicciones mineras, en términos de atracción de capital de inversión.

En dicho cónclave, las principales jurisdicciones mineras mostraran ante los miles de inversionistas sus mejores atributos con el objetivo de atraer la mayor cantidad de capitales a sus respectivos territorios. Nuestro país no será la excepción.

Perú, considerado uno de los líderes mundiales en minería, buscará captar mayores inversiones sobre todo de aquellas destinadas a la búsqueda de nuevos yacimientos, ya que sin exploración es imposible darle continuidad y sostenibilidad a la industria minera.

Actualmente nuestro país cuenta con una cartera de 63 proyectos de exploración, con una inversión global de US$ 586 millones, además de una cartera de construcción de mina de 43 proyectos valorizada en US$ 53,168 millones.

Por ello la tarea de la delegación peruana, encabezada por la ministra de Energía y Minas, Alessandra Herrera -y que también estará integrada por altos ejecutivos de empresas mineras de talla mundial instaladas en el país- será destacar las fortalezas y oportunidades para invertir en nuestro país.

De otro lado, a nivel interno consideramos que el trabajo del gobierno debe garantizar el avance de las inversiones mineras tanto a nivel de proyectos como de operaciones mineras, las cuales son fundamentales para el sostenimiento de nuestra economía y el desarrollo del país. Ello debe quedar claro.

En los últimos tiempos se han venido suscitando bloqueos de importantes operaciones mineras, como Cuajone o Las Bambas, que han generado incertidumbre y desconfianza en los inversionistas. Esta última, ubicada en Apurímac, recién reiniciará operaciones luego de casi dos meses de paralización, tras lograr una tregua de 30 días con las comunidades en conflicto.

Solo la paralización de Las Bambas, le ha generado al país pérdidas por más de USD 500 millones en exportaciones y cerca de S/.300 millones en impuesto a la renta y regalías. Asimismo, Apurímac dejó de percibir S/176 millones, es decir, más del 80% de su presupuesto anual de protección social.

Por todo ello, consideramos que nuestras autoridades deben ser coherentes con sus acciones y evitar los dobles discursos, si es que realmente pretenden promover inversiones. Se requiere una mayor reflexión y mucha responsabilidad para ello, porque detrás de cada decisión está el futuro del país. Está el futuro de todos los peruanos. Apuntemos a eso.